miércoles, 24 de abril de 2019

OBESIDAD CANINA

De entre todas las enfermedades que puede contraer nuestra mascota canina, es la obesidad la que comienza a destacar sobre las demás, y es que en los países desarrollados ya es el problema más habitual en relación con la salud de los perros. Debido al aumento de la incidencia de este mal entre nuestros amigos, la ciencia ha realizado numerosas investigaciones para que podamos identificar con facilidad sus factores de riesgo, cuál es la naturaleza exacta de las enfermedades que van asociadas a la obesidad y cuáles son las mejores ideas y estrategias para tratarla, evitando que llegue a darse o reduciendo sus síntomas.

¿Qué es la obesidad canina?
Para que podamos empezar a comprender este tremendo problema que sufren nuestras mascotas, curiosamente al mismo nivel y en los mismos lugares donde también la sufren las personas, es decir, en las sociedades industrializadas, debemos definir la obesidad como la acumulación en exceso del tejido adiposo del cuerpo del animal. 
Tampoco hay diferencia entre el aumento de la mortalidad en hombres y perros por este problema de salud, y es que el incremento de la masa adiposa aumenta la morbilidad y el riesgo de muerte. En estudios sobre razas concretas, como el Labrador Retriever, una masa adiposa que supere el 25 % produce una mayor insulinorresistencia, es decir, la condición física en la que la insulina no consigue una respuesta apropiada de las células, por lo que se produce una disminución importante en la capacidad de acción de las células sobre el control metabólico de la glucosa después de las comidas, con lo que se predice una disminución del tiempo y la calidad de vida, además de un aumento importante de las enfermedades crónicas.
Se calcula que, en los países desarrollados, entre el 20 y el 45 % de los perros sufren sobrepeso u obesidad. Pero ¿sabes cuál es la diferencia entre estos dos conceptos? Pues muy fácil, se puede decir que un perro sufre de sobrepeso cuando su peso corporal supera en más del 10% su “peso corporal ideal”. Y sería obeso si su peso corporal sobrepasa al ideal en un 20%. Incluso en casos extremos, tiene solución si se detecta y se toman medidas para atajar el problema.

Cómo distinguir si nuestro perro está en su peso ideal
Aunque el problema es la obesidad, observándolo podremos saber si mantiene un buen régimen alimenticio. Estará muy delgado si se encuentra entre el 10 y el 20 % por debajo de su peso. En este caso, se podrán observar marcadas las costillas, la columna vertebral, pelvis y demás protuberancias óseas, y el abdomen muy marcado. Se considera que está delgado, si está solo por debajo del 10 % de su peso ideal y seguirán viéndose las costillas, la columna vertebral y la pelvis.
Si se encuentra en su peso, ni las costillas ni las protuberancias óseas se verán, pero se tocarán fácilmente, no existirá la cintura abdominal, tendrá una gruesa capa de grasa alrededor del cuerpo y le colgará algo el abdomen.

El problema comienza con un 10 % de sobrepeso, pues tendrá una mayor probabilidad de contraer enfermedades, la diferencia se encontrará principalmente en que tendremos dificultades para tocar sus costillas y su columna vertebral. Aunque el mayor nivel de riesgo lo corre si sufre, como estamos viendo, obesidad. Se consideran perros obesos a aquellos perros que se encuentran con 20 % por encima de su peso ideal, todo su cuerpo lo cubre una gran capa de grasa, sobre todo en el torax, columna y abdomen, no conseguimos palpar, si no es con esfuerzo, sus costillas, y desde una perspectiva aérea no conseguimos diferenciar su cintura.

Efectos de la obesidad, factores y cómo evitarlo
Es lógico suponer que, si nuestro perro consume exceso de calorías, estas se acumularán en forma de grasa, lo que producirá un enorme riesgo para su salud al producirse cambios en su metabolismo que abrirán la puerta a enfermedades articulares y respiratorias, diabetes, pancreatitis y disminución del tiempo de vida.
Son el exceso de calorías, el desequilibrio de nutrientes, una vida sedentaria, la edad (a mayor edad, menos desgaste, por lo que deberá recibir una proporción menor de calorías), su estado físico y las conductas de ansiedad los factores más relevantes que pueden conducir a la aparición de sobrepeso y posteriormente obesidad.


Por último, señalar que para evitar este terrible mal en nuestras mascotas debemos controlar las calorías en su alimentación en dependencia de su edad y actividad física, evitando esas chuches hipercalóricas siempre. Evitar también las sobras que ingieren, ya que lo que a nosotros nos viene bien para ellos puede representar un exceso, dividir su tomas en tres veces al día, que realice ejercicio físico con regularidad, sabiendo que si corre consumirá entre dos y tres veces más calorías que si nos acompaña a nuestro paso.

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