viernes, 5 de abril de 2019

Las necesidades de nuestro perro; salir a pasear

A la hora de adquirir un animal de compañía, como un perro, deberías de someterte a ti mismo a un tercer grado, sentarte en tu escritorio con papel y lápiz y realizarte un interrogatorio en el que responderás a todas las preguntas con absoluta honestidad. Y es que tener un perro no solo significa valorar las cosas positivas que va a traer a tu vida, que son muchas, sino también o, sobre todo, lo que tú como dueño, protector, amigo, y en ocasiones padre, vas a poder ofrecerle a él.
Y es que dependiendo del tipo de raza que elijas, necesitará unas condiciones para que pueda mantener una vida digna, sobre todo en lo referente a la alimentación, al aseo, a las visitas al veterinario, al ambiente y al entorno. Pero también habrá que prestar atención a sus necesidades físicas, los perros son animales muy energéticos, que necesitan del ejercicio para ser felices, por lo que debemos plantearnos en primer lugar si podemos sacar a nuestro nuevo amigo a las calles a pasear y, en segundo lugar, y cuántas veces. Si la respuesta es positiva, es decir, podemos y queremos sacarlo cuantas veces sean necesite, entonces deberíamos plantearnos cuáles son las necesidades, en este sentido, del animal que nos acompaña.
Lógicamente, la periodicidad y el tiempo que necesitan para pasear va a depender de sus condiciones físicas, y esto a su vez estará supeditado a la raza, a la edad, a su personalidad… El paseo debe formar parte de una rutina diaria, ya que su bienestar y calidad de vida va a depender directamente de estos momentos de semilibertad, además de ser vital para su aprendizaje en la relación con su amo y en la sociabilización con el entorno.

¿Cuántas veces y cuánto tiempo deberías sacar a tu perro, según su edad?

En primer lugar, aclarar que hay un inicio para sacar a nuestros amigos caninos a la calle o al campo y este viene marcado por su calendario de vacunación. La mayoría de ellos, una vez cumplidos los tres meses, ya estarán listos y vacunados para salir a pasear con su dueño.
Será cuando los enseñemos a orinar y a dejar, con precaución, a que se relacionen con otros animales y con otras personas, pero siempre asegurándonos de que sea una actividad divertida para el cachorro.
Observaremos cuánto tiempo aguanta sin hacer sus necesidades dentro de casa, para hacernos una idea de cada cuánto tiempo debe salir, así como el tiempo que tenemos que estar fuera para que orine en la calle, en qué momentos está más intranquilo y cuáles son sus horas para orinar. También observaremos cuánto tarda en cansarse en nuestros paseos diarios.
Para no fatigarlos en exceso, en estas edades tempranas, lo más aconsejable es realizar paseos cortos y frecuentes, siempre dependerá de su constitución física, por eso debemos ser nosotros quienes calculemos, mediante la observación, el tiempo y la frecuencia. En este sentido, la media se suele localizar entre 3 y 5 salidas al día.

En cuanto a los perros adultos, cuando ya saben y esperan a realizar sus necesidades en la calle, será su aguante y resistencia lo que deberá marcar en un principio las salidas a pasear. Esta actividad no debe limitarse a caminar por la calle, sino que debe ser un momento para afianzar más la conexión entre persona y animal. Con un contacto directo y la combinación de charla y juegos, debemos ofrecerle una actividad entretenida, positiva y relajante, aunque como venimos diciendo todas, las actividades que realicemos van a depender del tipo de perro, pues no podemos darle el mismo juego a un Caniche que a un Gran Danés.

En cualquier caso, y en dependencia de su actitud, fortaleza y raza, le invitaremos a hacer más o menos ejercicios, pero en lo que se refiere a salir debemos tener la constancia de sacarlo tres veces al día, a veces cuatro y nunca menos de dos. En cuanto al tiempo de duración, cada paseo deberá ser de al menos una hora y se repartirán a lo largo del día, preferiblemente dos paseos en la mañana y uno o dos por la tarde. Son imprescindibles uno a primera hora de la mañana, para que pueda hacer sus necesidades, como uno al atardecer, para que pueda dormir tranquilo.


En relación a los perros ancianos, que suelen necesitar una atención especial, podemos seguir con la rutina de salidas de un adulto, pero sin el exceso de desgaste. Los paseos se han de volver más relajados y contemplativos, observando la posibilidad de cambiar los horarios de salida a medida que aparezcan problemas relacionados con sus deposiciones y también para que no se cansen en exceso, reduciendo el tiempo de salida, pero ampliando el número de ellas.


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